28 Jul Impacto de la revolución tecnológica en el sector jurídico

En los últimos años se ha puesto de manifiesto una serie de novedades que afectan también a la profesión del abogado. Es la era de la tecnología y la revolución digital y el mundo jurídico no se escapa. Reds sociales, algoritmos, machine learning, inteligencia artificial, tecnología block chain … la vida es cada vez más digital y el impacto de la evolución tecnológica en nuestras vidas es evidente.

La inteligencia artificial es por supuesto la más notoria de las novedades. A pesar del desconocimiento general de la sociedad civil, tanto el sector público como el privado utilizan a diario y de forma completamente normalizada esta tecnología. La cantidad de datos e información disponible hoy en día resulta prácticamente imposible de procesar por un ser humano y esta tecnología viene a dar solución a este problema.

La idea fundamental con la que se trabaja en el ámbito jurídico es en crear herramientas dedicadas a buscar en una gran base de datos aquellos patrones y tendencias (por ejemplo jurisprudenciales) para ayudar a los operadores jurídicos a realizar su tarea. Es decir, dentro de no mucho ya no será necesario acudir a consultar las tradicionales bases de datos jurídicas; la tecnología block chain y la inteligencia artificial se encargarán de escrutinio todos aquellos datos relevantes para el caso, ordenarlas y ponerlas a disposición del abogado.

Ya en la actualidad se está trabajando en ciertos ámbitos en el desarrollo de programas con capacidad para dar soluciones a problemas jurídicos. Y si bien es cierto que los resultados son sorprendentes, esta tecnología está aún lejos de su óptimo y queda por ver su evolución en los próximos años. Lo cierto a pesar del anterior es que la tendencia actual es que la inteligencia artificial no venga a sustituir la labor de los operadores jurídicos, sino que se utilice para complementar su trabajo y servir como una herramienta más para el ejercicio de la profesión. Y tiene sentido que sea este el camino, ya que el componente humano y de inteligencia emocional y planificación estratégica del abogado no son -todavía- fácilmente sustituibles.